Triangulación, alienación parental, relaciones toxicas padres e hijos… da igual la forma que queramos llamarlo, todos conducen a un mismo lugar: maltrato infantil.
El divorcio y los hijos
Este artículo está dirigido a vosotros, padres que os encontráis en proceso de separación y/o divorcio. Padres que se sienten perdidos: ¿Custodia compartida? ¿Custodia para la madre? ¿Qué el papá tenga las visitas restringidas? ¿Qué mamá sea evaluado por un profesional de la salud mental? ¿Quién pagará la manutención ? ¿Y si limitamos las visitas a los abuelos?
Un sinfín de preguntas que involucran a los niños, niños que se encuentran sumergidos en un proceso tan doloroso como la separación de sus padres, en un proceso que les ha obligado a aceptar la situación y que en muy pocas ocasiones, se les pregunta por lo que quieren ellos.
Los psicólogos que trabajamos con los niños y adultos, nos encontramos diariamente con una lucha con los progenitores. Los niños vienen derivados para que “acepten” de mejor forma y “les haga” los menos daño posible esta situación, pero aunque esas sean las intenciones, desgraciadamente los padres no están muy por la labor de ayudar en esta intervención psicológica. Se ven sumidos en un proceso legal, que llegan a cuestionar las funciones parentales. Si hace unos años o meses ese progenitor era un buen padre o madre, ahora ante una infidelidad o cualquier otro motivo que les haya llevado a un divorcio, se cuestiona seriamente si el padre o madre pueden ejercer sus funciones como padres e incluso se ven asumidos en proceso legal, con informes periciales psicológicos con el objetivo de ser diagnosticados o puedan confirmar que tienen pleno derecho y plena salud mental para seguir realizando sus funciones parentales.
Los psicólogos nos vemos atados de pies y manos, sufriendo por eso niños, que no son nuestros pero velamos por su salud mental. Niños que se cuestionan si realmente su padre o madre son buenos y se lo cuestionan porque en algún momento dado, papá o mamá les crearon la duda.
Desde mi profesión y mi ejercicio diario, pido amablemente que aquellos padres que se encuentran en un proceso legal de divorcio o separación, tengan compasión por sus hijos, eviten involucrarlos, eviten hacer referencia al otro progenitor como un mal padre o mala madre y se centren en el bienestar emocional de sus hijos.
La separación o el divorcio no es sinónimo de ruptura de relaciones afectivas entre hijos y padres. Es la ruptura afectiva entre un padre y una madre, como pareja. Obligarles a posicionarse, obligarles a creer que su padre o madre es mala persona y que no los ama, es otra forma de maltrato psicológico infantil.