Son cientos los debates que se han generado a raíz del diagnóstico, mal confundido con el estigmatismo o lo que es lo mismo, el etiquetaje.

Dichos debates vienen generados por esa aversión de la psicología social con los diferentes diagnósticos que trabaja la psicología clínica, debates que acaban poniendo en duda la existencia de múltiples psicopatologías que han sido estudiadas durante años y tratadas mediante las diferentes psicoterapias.

Cuando tratamos sobre terrenos desconocidos, caemos en el error de la ignorancia y en consecuencia, perdemos la oportunidad de valorar la existencia de la realidad. En múltiples ocasiones o mejor dicho, de manera diaria, me pregunto a qué se llega confundiendo fobias con vivencias, esquizofrenia con maneras de sentir, depresión con experiencia diversa… A veces me pregunto por qué nos centramos en la separación de dos disciplinas tan simbióticas como lo son la psicología social y la psicología clínica y, creamos dos bandos paralelos cuando pueden interactuar en un conjunto tan perfecto que podría dar lugar a grandes pensamientos.

¿Eres psicólogo clínico o social?

En mi futuro campo de actuación, debo integrar ambas ramas pues sin la una, la otra no sería capaz de sobrevivir. Por ello, cuando leo diariamente reflexiones sobre la poca credibilidad que les suscita a los psicólogos sociales sobre el diagnóstico y que siempre acaban aludiendo al DSM, me pregunto como se es posible estudiar la sociedad, los conflictos, las interacciones humanas, sin llegar a comprender que lo clínico y por lo tanto, lo que llaman “etiquetas” forman parte de un conjunto que sin ello, no se logra llegar al entendimiento de tal circunstancia.

¿Qué quiero decir? Para comprender el acoso laboral que es mi futuro campo o mejor dicho, el actual, es necesario entender la interrelación que existe entre lo social y lo clínico. Me esfuerzo en hacer entender que abordar dicho tema, no tiene sentido si solo nos centramos en las víctimas y si profundizamos mucho más sobre la raíz del problema, que no es más que un movimiento normalizado por una sociedad carente de recursos, llegaremos al hostigador, hostigador que guste o no se le debe de diagnosticar.
Para una víctima, leer que un hostigador es así por “experiencias vividas” es como decir que un esquizofrénico es una simple persona que escucha las voces que el resto de la sociedad no es capaz de escuchar. Muchos de esos hostigadores tienen diferentes psicopatologías y si obviamos la realidad y nos esforzamos por negar en dar un nombre a ello, seguiremos provocando que el acoso laboral siga fluyendo hasta acabar con las víctimas que son vulnerables.
Baja autoestima, neuróticos, paranoicos y un largo etcétera, no significan etiquetas, significan dar nombre a la realidad.

¿Cual es el problema?

El estigma es un concepto mal interpretado por múltiples personas y que desgraciadamente, acaba abriendo una brecha en los cimientos de la psicología clínica y hasta en la propia psiquiatría.
Cuando lees que la esquizofrenia (o cualquier otro diagnóstico)  es solo una falacia de psicólogos clínicos y psiquiatras, comentarios que han sido dichos en diferentes medios de comunicación por psicólogos de organizaciones y habitualmente escuchado por psicólogos sociales, llegas a comprender cómo la negación de una realidad, provoca que los pasos de los seres humanos siga siendo tan lento en cuanto progreso y desarrollo personal.
Una de las emociones que me suscitó al escuchar esas mismas palabras en un psicólogo que se proclama “el único que trata el acoso laboral en España”, fue vergüenza ante la ignorancia de un llamado “psicólogo” que no ha vivido con un familiar con esquizofrenia. Cuando así mismo, escuché que los hostigadores “todos” son conscientes de sus actos y que hay que ir por ellos de manera exclusivamente judicial, pensé en qué sentido tiene ser “el único psicólogo que trata el acoso laboral y en concreto, a las víctimas”, si deja escapar a la raíz del problema y se centra en cobrar rigurosamente sesiones de psicoterapia a sus clientes-víctima, permitiendo que el hostigador siga haciendo lo que hace sin centrarse en él, por el mero hecho de creer (o hacer creer) que no existe ninguna patología que describa el comportamiento del hostigador, pues las patologías son meras etiquetas creadas por el hombre con un objetivo concreto.

¿Será el control de la mente humana y en consecuencia, el comportamiento humano, lo que lleva a endemoniar el diagnóstico?

Simbiosis

Es uno de los conceptos que más me gustan leer y escuchar, pues la simbiosis es equiparable al trabajo en conjunto de sean los elementos que sean, buscan una meta u objetivo común  y beneficioso para ambos.

Dejar escapar la simbiosis tan perfecta, tal como he dicho, de la psicología clínica y la psicología social, es no querer comprender cómo funciona el entorno donde vivimos y por lo tanto, la sociedad que formamos parte.

No me atrevo a criticar lo que trabajan otros, por eso he decidido escribir el presente artículo. Creo en la psicología social, pero también creo en la psicología clínica. Ambas interactuan, nos guste o no, y sin la compresión de una, la otra no será capaz de avanzar jamás.
Defender exclusivamente una visión, hace que el ser humano no posea dos piernas para seguir avanzando y viva siempre en un único lugar sin comprender lo que hay fuera de él.

El diagnóstico existe, la interacción humana existe, la sociedad existe, las diferentes teorías explican la realidad… el problema radica cuando no comprendemos que una fobia no debe de ser un estigma, si no una simple realidad.
Cuando pretendemos decir que las fobias o la esquizofrenia son estigmas creados por el diagnóstico, te das cuenta que no lo es.

El estigma lo crea quien no cree en el diagnóstico.

Imagen: http://www.fitnessrossa.com/ejercicio-fisico-para-la-depresion/
Imagen: http://www.orientadoresonline.es/depresion-la-enfermedad-mental-del-nuevo-siglo/

3 Respuestas para La simbiosis de lo social y lo clínico

Bitacoras.com | 21 agosto, 2012 | 11:36

Información Bitacoras.com…

Valora en Bitacoras.com: Son cientos los debates que se han generado a raíz del diagnóstico, mal confundido con el estigmatismo o lo que es lo mismo, el etiquetaje. Dichos debates vienen generados por esa aversión de la psicología social con los dife…..

José Luis Vicente | 12 septiembre, 2012 | 19:29

El médico estudia con el fin de aprender a diagnosticar y el diagnostico se basa en analizar por métodos científicos y observables un conjunto de signos y síntomas que conducen a un diagnostico. Pero este diagnostico se hace de manera deductiva, es imposible que todas las premisas sean verdaderas y la conclusión falsa, ya que la conclusión esta incluída en la premisa.
Esto es lo que se llama diagnostico diferencial. Normalmente este típo de análisis se puede hacer en todas las partes del cuerpo menos en una «el cerebro», bueno corrijo en «las patologias mentales».
Todas las patologias del cuerpo son objetivas y concretas pero las patologias mentales son subjetivas y difusas o digamos ampliables. Esto es lo que llamamos síndromes patoplásticos es decir el origen de una patologia mental puede arrastrar un cúmulo de patologias adyacentes que son el orígen de la patologia genérica, no se si me explico. Por eso en patologia mental es tan dificil no solo diagnosticar sino luego medicar.
Por ejemplo. el paciente que tiene un infarto de miocardio y se diagnostica, esa es su patologia, sin embargo el paciente que tiene una psicosis puede tener asociadas varias neurosis. Una depresión puede generar a la larga cuadros ansiosos o al reves. Un fenómeno esquizoide puede generar desafección y pérdida de realidad generando delirios o alucinaciones. Entonces que hacemos… el Sr. infartado le ponemos betabloqueantes y anticuagulantes y posiblemente su cuadro remita y se ponga bueno. El cuadro depresivo lo medicamos contra la depresión, pero como tambien tiene ansiedad, también le medicamos contra la ansiedad o de las dos cosas???
El cuadro clínico desde mi punto de vista y desde mi opinión es el que categoriza y estigmatza en cierta manera al enfermo. Por tanto la simbiosis en el área mental sobre los clínico / social me parece un tanto dificil siempre desde un punto de vista médico. Otra cosa es que un psicólogo no es un psiquiatra, la función del psicologo es estudiar al ser humano como algo holístico, no dual y no mecancista y además también social aunque sea la rama clínica. Estudiar sus emociones, sus percepciones, su conducta, su interacción con el medio etc. Si una conducta errática en un individuo proviene de una posible psicosis eso ya es cuestión del psiquiatra de su diagnostico y de su responsabilidad a la hora de rectar fármacos, no de la nuestra.

AUNQUE YO TAMBIEN ESTOY DE PARTE DE LA SIMBIOSIS ENTRE LO CLÍNICO Y LO SOCIAL lo que ocurre es que el psicologo clínico sigue dependiendo muy mucho de la psiquiatria.

Un afectuoso abrazo Sara…

Respuesta de sarall | 13 octubre, 2012 | 21:42

Lamentablemente no estoy de acuerdo. El problema creo que surge cuando la rama de la clínica se le asocia al estigma y no somos capaces de quitar esa conceptualización. Creo que si no se cree en lo clínico, entonces no es la rama que un psicólogo debe de estudiar, pues si no se cree, no se es efectivo.

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