Depresión, ansiedad, TOC, hipocondría… Etiquetas que dan nombre a nuestros síntomas, etiquetas que nos aferramos para explicar y justificar nuestro malestar. ¿Por qué actuamos así si sabemos que no avanzaremos?

Cuando el paciente viene diagnosticado

took-in-the-rain-a-wet-cammy-is-not-a-happy-cammy-1316475En consulta la novedad sería cuando la persona viene sin saber qué le ocurre o qué nombre recibe a lo que le pasa. Algunos necesitan dar nombres, otros solo buscan la solución, el bienestar emocional… Pero otros vienen con el diagnóstico realizado y se aferran a él como si de un salvavidas se tratase. Justifican su estado emocional, sus síntomas y su malestar a una etiqueta que les impide avanzar por un camino que está lleno de obstáculos, como es la vida.

¿Es adecuado el diagnóstico? Es una pregunta compleja de responder. Sí y no. Creo en dar nombres a las cosas, a los síntomas aunque un mismo problema pueda presentarse con mil síntomas diversos y estemos hablando del mismo problema o mismo trastorno. Me gusta saber qué tengo delante, contextualizar y sobre todo, conceptualizar. Necesito poner sobre la mesa qué tenemos  y cómo trabajar, ya sea desde mi modelo teórico o cualquier otro que me pueda servir para ayudar a la persona. Ahora bien, ese diagnóstico puede ser un arma de doble filo. Cuando das nombre a las cosas, hay personas/pacientes que quieren huir de ese nombre y luchan por mejorar, por alcanzar el bienestar que tanto anhelan.  Pero, hay clientes que lo utilizan, se aferran y no avanzan.

Modificar los términos

Cuando alguien viene a consulta y me dice que tiene depresión o cualquier otro trastorno prediagnosticado, matizo su terminología para entrar dentro de la normalidad social. Todos sufrimos ansiedad, depresión, pánico, fobias e incluso, en algún momento de nuestra vida, sufrimos ciertos delirios. Todos hemos pasado por eso pero cada uno de esos términos son considerados peyorativos, aunque para otros dan sentido a su malestar y su justificación de ser así, de sufrir así y no hacer nada por remediarlo.

¿Por qué no utilizar otras palabras? Tristeza, nervios, miedos… ¿Por qué no alejarnos de esos términos a nivel social? Da igual que el psicólogo escriba en su historial que sufres de depresión, solo es un término. Solo es una etiqueta para dar nombre a algo. Quédate con una época triste, una crisis, un desánimo… Quédate con eso y camina de la mano de tu psicoterapeuta o de las personas que te quieran ayudar, para modificar conceptos y volver a decir: soy una persona feliz.

2 Respuestas para Cuando las etiquetas deciden nuestra vida

comentarios hyla | 28 julio, 2016 | 11:40

Una segunda opinión siempre viene bien

Alejandra Galindo | 12 agosto, 2016 | 4:39

Hay que pensar que el consultante está en una circunstancia y que como terapeutas acompañamos para que trascienda de esta.

http://www.ayudapsicologicacognitivoconductual.com/

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