La vergüenza es una de las emociones que forman parte de nuestro día a día, que dirige nuestras decisiones y conductas y que a pesar de ser una de las emociones más influyentes en nosotros mismos, es la menos hablada e incluso la menos reconocida.

¿Qué es la vergüenza?

Si escogemos un fragmento del libro “Emoción y Conflicto” de Josep Redorta, Meritxell Obiols y Rafel Bisquerra definimos la vergüenza propia como un sentimiento penoso de pérdida de dignidad, por alguna falta cometida por uno mismo.

Se siente vergüenza cuando creemos que hemos realizado algo mal, cuando hemos tomado una decisión que nos ha llevado a la equivocación y en consiguiente a la pérdida de la dignidad. También podemos sentir vergüenza ante una humillación o el insulto de una tercera persona. Sea el motivo que sea que suscite a la persona a la vergüenza, el individuo se siente culpable.

La culpabilidad de la vergüenza

¿Por qué la culpa forma parte de la vergüenza? Tal y como se ha dicho en la introducción del presente artículo, la vergüenza dirige nuestra vida, es la responsable de las conductas que llevamos a cabo y en muchas ocasiones, impide que ejecutemos acciones que podrían ser beneficiosas para nosotros mismos.

Cuando damos una charla ante muchas personas por primera vez, sentimos esa temida sensación y sus efectos secundarios como, dolor de estómago, sudores, temblores e incluso ansiedad, ansiedad más pronunciada entre unos u otros.

Dejarnos llevar por esa emoción hará que en muchas ocasiones perdamos oportunidades, acciones que nos beneficia tanto a nivel laboral como incluso personal y con ello, sentirnos culpables por haber estados dominados por algo que sentimos no controlar.

La culpa es una parte importante de la ansiedad por ello, hay que saber dominarla.

Dominar la culpa

Para poder dominar la culpa es necesario un cambio de visión de las cosas y de las conductas que ejecutamos diariamente.

En vez de decirnos a nosotros mismos “Esto lo he hecho mal. Todo el mundo sabrá que he fallado y me verán como una mala persona o una persona que no sé hacer las cosas”, se debe de visualizar las cosas de otra forma: “Esto lo he hecho mal, lo sé pero soy persona y eso hace que cometa errores. La próxima vez no lo haré. Eso no significa que soy mala persona.”

Cambiar la visión que tenemos de nuestras acciones hará que el sentimiento de culpa no sea el mismo que el atribuirnos pensamientos que no se ajustan a la realidad y que mucho menos es lo que piensan los demás de nosotros mismos.

¿Qué sentido tiene adelantarnos a acontecimientos y dejar que dominen nuestras acciones la vergüenza y la culpabilidad si ello no significa que sea real?

Imagen: http://www.definicionabc.com/general/verguenza.php

2 Respuestas para La vergüenza

Bitacoras.com | 6 septiembre, 2011 | 10:33

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ParaEmocionarse | 22 enero, 2012 | 2:03

Acabamos de encontrar tu blog a través del concurso 20Blogs. ¡Nos encanta ver que cada vez hay más blogs que tratan sobre psicología! Casualmente nuestro último artículo también trata de la vergüenza… Te pegamos el link! http://paraemocionarse.wordpress.com/2012/01/16/tierra-tragame/

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