Empatía

La empatía es otra habilidad social digna de ser mención y eso es lo que vamos hacer.

En la escuela de la psicología la empatía se considera como la habilidad social fundamental que permite al individuo anticipar, comprender y experimentar el punto de vista de otras personas, es decir, ponerse en el lugar de la otra persona. La compasión y la ternura son factores que forman parte de la empatía.

Las personas empáticas tienen la virtud de saber escuchar al interlocutor, saber comunicarse ofreciendo una conversación adecuada; suelen ser buenos negociadores donde todas las partes salgan beneficiadas.

Centrándonos a nivel laboral, los superiores valoran la empatía en un grado elevado ya que ser una persona empática da lugar  a un compromiso directo con la empresa, actitudes optimistas y aceptación de los hechos y flexibilidad. Como podemos observa la empatía interconecta con otras habilidades sociales que las empresas valoran inicialmente expuestas: Flexibilidad, compromiso, optimismo, capacidad de comunicación y capacidad de escuchar entre otros.

Pero vamos a puntualizar algo que es muy importante a tener en cuenta; la flexibilidad, el compromiso, el optimismo que se unifican con la empatía NO significa perder la libertad de escoger lo que interesa y conviene. Podemos empatizar con la empresa y la persona o personas que la dirigen (nos ponemos en su lugar), al mismo tiempo que podemos empatizar con los compañeros (nos ponemos en su lugar entendiendo una situación determinada) pero poniendo límites y utilizando la racionalidad.

Frecuentemente nos solemos encontrar con enfrentamientos entre compañeros o con el propio subordinado cuando no somos capaces de empatizar bajo ningún concepto a pesar de ser conscientes de la situación. También nos ocurre cuando empalizamos de manera obligada y sumisa, es decir “entendemos” la situación aunque en nuestro interior no lo compartamos. Esa situación nos lleva a un problema interior con nosotros mismos, sintiéndonos devaluados e infravalorados, es decir nos consideramos unos meros títeres. Por lo tanto, debemos saber hasta donde llegan los límites.

Imagen: http://catt-global.blogspot.com/2009/04/la-empatia.html