Ayer escribí un artículo sobre  la crisis laboral y hoy tenemos una noticia publicada por Tendencia 21 sobre cómo afecta la situación a los trabajadores, pero esta vez sobre la moral de los trabajadores.

Un estudio realizado por Employee Outlook Survey del Chartered Institute of Personnel and Development (CIPD) afirma cómo los empleados siguen teniendo una importante inseguridad e insantisfacción respecto a sus puestos de trabajo.

El problema radica en que mientras ha habido despidos, congelación de salarios o recortes, así mismo como un temor prolongado en la pérdida de sus puestos de trabajo, los empresarios y/o directivos no han dedicado el tiempo suficiente en valorar las capacidades de sus trabajadores en el momento de existir una recuperación económica empresarial.

Si hubiera más dedicación a sus trabajadores, en potenciar sus aptitudes y valores, esa representación de la empresa, porque no podemos olvidar que los trabajadores son la representación de una firma o nombre empresarial, proyectaría más optimismo y seguridad para futuros clientes. Un trabajador con la moral dañada, autoestima baja, pocas espectativas, desilusionados y tristes no son la mejor representación de una empresa que ha conseguido salir del bache que se han visto sumergidos.

¿Los psicólogos laborales podrían ejercer un papel más importante en la potenciación de la moral de los trabajadores?

Seguramente si se dejase a un lado el papel de psicólogo laboral como un individuo que se dedica a contratar por medio de tests o por en contra, a realizar despidos, y los empresarios dedicasen unas horas del tiempo laboral de un psicólogo a motivar y recueperar la moral, habría un gran cambio en el reflejo de aptitud de los empleados.

¿Qué es lo que interesa a un empresario realmente? ¿El valor de sus trabajadores que sin ellos no tendrían lo que tienen, carecen de valor y dedicación?

Si un empresario entendiera que gracias a sus trabajadores, son lo que son y tienen lo que tienen, probablemente cuidarían de esa moral que ha sido dañada y delicadamente herida.

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