Somos lo que trabajamos

A pesar de las promesas de creación de empleo, de los discursos absurdos de la mejoría actual de la situación de desempleo, seguimos ahogados, angustiados y desesperados por o bien, empleos que nos denigran o bien por acabar en puestos de trabajo que no reflejan quienes somos.

Tu trabajo y tu identidad

Los seres humanos interpretamos que nuestro trabajo reflejan nuestra identidad, quienes somos, qué queremos, a qué aspiramos y como nos ven los demás. Si poseemos un trabajo bien remunerado, con buenas expectativas, jerarquizado y en cierta medida, con prestigio, nos consideramos exitosos, felices, envidiables, inmejorables, capaces de llegar a nuestros sueños (hablando económicamente, por supuesto)… En cambio, si nuestro trabajo nos denigra, está mal remunerado, es infravalorado por la sociedad, no se identifica con nuestros estudios (o carente de ellos) y nos perjudica a nivel personal, nos consideramos perdedores, tristes, imposibilitados para alcanzar nuestros sueños, infravalorados, subestimados e incluso conformistas.

¿Realmente somos lo que nos dedicamos?

Hemos perdido el valor de nuestro entorno, de nuestra propia personalidad, de nuestra familia, amigos… No somos capaces de definirnos exclusivamente por ello. Tenemos tendencia a presentarnos a la gente por «Soy menganito y soy médico/abogado/comercial/barrendero…».

Solemos matizar los trabajos infravalorados, alegando que es temporal, que la situación actual te ha llevado a eso… Algunos adornan sus trabajos, a pesar de que en su interior saben que no son felices. Muchos otros callan y omiten su situación de desempleo, por lo que dirán, pensarán y creerán de ellos mismos. Y unos pocos se presentarán de esta forma «Soy  menganito y me gusta correr».

Hemos dejado de valorar todo ello y rara vez damos importancia a nuestras aficiones. ¿Realmente eres lo que te dedicas? ¿Un abogado podría decirse que es el 100% de su tiempo eso? ¿No tiene aficiones, ni familia, ni pasiones? ¿Solamente es un «simple» abogado?

Cambio de visión

Puede ser y seguramente lo es, si las personas se valorasen más allá de su trabajo, podrían llegar a sentirse felices. ¿No es irracional y automaltrato, llegar a casa, desganado por un trabajo mal considerado y pasar el resto de nuestro tiempo maldiciendo nuestra mala suerte y nuestra falta de motivación? Perderse buenos momentos, pequeños detalles, parejas que pueden hacernos felices con una simple sonrisa, hijos que pueden hacernos entender que la vida es más simple de la que creemos, pequeños paseos, valorar nuestro entorno, lo que tenemos a nuestro alcance… Todo ello se pierde si simplemente dejamos creer al mundo que somos justo a lo que nos dedicamos. Da igual si estás en el paro. Sí, lo sé, debes de vivir y ganar dinero, pero me hago referencia a que da igual lo que piensen los demás de ti. No eres menor, por no tener trabajo. Simplemente es una circunstancia nueva en tu vida, que si se afronta de manera positiva, quizás puedas llegar a tener otras cosas  e incluso optar por un trabajo que simplemente será un medio para pagar nuestras cosas y no un medio para vivir, que no es lo mismo.

Si trabajas en algo que consideras que no es propio de tu personalidad, si consideras que es un trabajo que te decepciona y crees que decepcionas a los demás, da igual. No eres un simple barrendero, eres una persona que tiene sueños, pasiones y motivaciones. Y si alguien te subestima, te infravalora… simplemente piensa que tú eres feliz porque tienes muchas cosas valiosas y en cambio esa persona busca la felicidad exclusivamente por lo que cree que debe de ser en su trabajo.

¿Quién soy?

Empezando por mí misma: Soy Sara, tengo un hijo y un marido maravillosos y me apasiona viajar, el cine y disfrutar de pequeños detalles, como la sonrisa de mi hijo, el amor de mi marido, la alegría de mi madre, la dedicación de mi padre…

¿Quién eres tú?