El la disciplina de la Psicología se estudia la motivación y la emoción de manera conjunta pues una necesita de la otra y sus definiciones no vienen exclusivamente por parte de psicólogos, sino que han contribuido también filósofos, biólogos, modelos evolucionistas…

¿Qué entendemos por motivación?

A todos nos viene en mente las definiciones de cosecha propia tipo “aquello que sentimos en nuestro interior y nos genera fuerzas para poder realizar algo”: tener ganas a emprender estudios universitarios, tener ganas de crear nuestra empresa e incluso estar motivado en cambiar de ciudad por “x” causas, etcétera, etcétera… Pero… ¿cómo define la psicología la motivación?

La psicología de la motivación define la motivación como un estado impulsor dentro de nuestro organismo, siendo activadas por estímulos externos o cognitivos. Este estado, genera una conducta activa hacia una meta u objetivo.

Como podéis observar, la conducta es lo que nos indica el estado interno del organismo, es lo que nos da pistas de que dentro de un individuo se está generando una sensación desagradable o no.  Cuando digo “desagradable o no” es una conceptualización propia pues discrepo de la definición de impulsos, que la define como algo desagradable que activa el comportamiento.

Si hablamos de motivación… ¿Porqué definir el impulso como algo desagradable que sentimos? Podemos tener la motivación de comer porque tenemos hambre y ser categorizado como “desagradable” la sensación de tener hambre pero también podemos tener la motivación de querer hacer algo porque lo deseamos, siendo categorizado como “agradable”. ¿Cuántas veces estamos motivados a realizar cosas porque creemos en ello o lo deseamos? En ese momento, no nos resulta desagradable el impulso o energía de querer hacer algo por deseo propio aunque exista un trasfondo que pueda llegar a considerarse negativo (motivado a cambiar de trabajo porque en el actual no me da las expectativas deseadas).

En este sentido, según desde el ángulo que observamos las cosas podemos definirlo como una cosa u otra. Aquí ya juega el pensamiento optimista o no de cada persona. Para mí tener motivación a realizar algún tipo de cambio debería de tener una definición más positiva para que ya de manera cognoscitiva, estemos más predispuestos a ese cambio. Pero como digo, esto ya es a juicio de cada uno y según cómo le guste mirar las cosas. 😉

Bibliografía: Francisco Villamarín Cid y Joaquim T. Limonero García. Editorial FUOC (2009)

Imagen: http://www.inyes-latino.com/contenidos/2011/01/07/Editorial_4057.php

1 Respuesta para Motivación

Bitacoras.com | 3 marzo, 2011 | 17:27

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